domingo, 27 de octubre de 2013

Para el niño y la niña – Pastel de filo y espinacas


Pastel de pasta filo relleno de espinacas


Cuando era pequeña no recuerdo que comiese espinacas. En casa entraban otras verduras, pero así como están en mi memoria las judías, las alcachofas, las zanahorias, el calabacín, la cebolla o incluso la col del cocido, mi único contacto con las espinacas durante mi infancia era con las que se comía Popeye. Únicamente tengo algunos recuerdos de tortillas de patatas y espinacas cuando dejé la adolescencia. Y muy ricas, eso sí, pero nada más, oscuridad absoluta. No fue hasta que dejé la isla para marchar a estudiar a la Ciudad Condal que no probé las espinacas así, tal cual. Bueno, tampoco era tal cual… iban un poco disfrazadas con cebolla pochada, unos trocitos de bacon pasados por la sartén, huevo duro y un pelín de queso rallado. Todo aderezado con aceite de oliva y sal me pareció un plato de lo más delicioso. Y entonces se abrió un mundo multicolor y llegaron los garbanzos con espinacas, las croquetas de espinacas, los canelones de espinacas y gambas, la pizza de espinacas, las espinacas a la crema, a la catalana, la ensalada de espinacas y cómo no, continuaron las tortillas de patatas y espinacas. ¿Cómo puede ser que me perdiera todo eso durante tanto tiempo?

La aceptación de los alimentos, y sobre todo si hablamos de niños, está determinada por la percepción que tengamos de ellos así como el sabor, el aroma, la textura y apariencia. Y seamos francos, unas espinacas hervidas es lo menos atractivo que puede encontrarse un niño en la cocina. Y ya no sólo hablo del aspecto, sino también de ese sabor entre amargo y terroso que hace que no sepas si las odias o las adoras. En cualquier caso, existen mil y una maneras (bueno, igual exagero) de hacer de las espinacas un plato que inspiren amor. Y ésta es la enésima receta con espinacas que incorporo a mi recetario particular. Está sacada del libro Jerusalem de Yotam Ottolenghi y Tami Samimi, dos chefs que crecieron en lados contrarios de la ciudad de Jerusalén, y que se encontraron años después en Londres donde dieron a luz a este maravilloso recetario de la cocina judía y musulmana de la zona. Absolutamente recomendable.

Y antes de pensar en qué canción ponerle a esta receta, resulta que me entero de que ha fallecido Lou Reed, uno de mis favoritos del rock de todos los tiempos. Un icono de la música a quien  pude ver en el escenario, dos veces: la primera fue el verano de 1996 en el primer Doctor Music Festival y la segunda ocho años después en el festival de Benicassim de 2004. Recuerdo la emoción del primer concierto, la energía y entrega del público a uno de los grandes de la música. Y él ocupando todo el escenario con su presencia. Era grande y nos ha dejado grandes canciones. Sea como sea, descanse en paz.

Standing on the corner,
Suitcase in my hand…




Pastel de filo y espinacas:

Ingredientes para un molde de 24 x 30 cm: 


Espinacas a la vista
1 cebolla grande picada
300 g de espinacas (1 bolsa grande)
100 g de rúcula (1 bolsa)
120 g de ricota
100 g de queso curado (el que tengas por casa)
60 g de queso feta
30 g de perejil
30 g de menta
2 huevos camperos medianos
½ limón exprimido
1/3 cucharadita de café de sal
½ cucharadita de café de pimienta negra molida
½  cucharadita de café de azúcar
Pata filo (14 hojas) – en este caso la he comprado

Preparación:

-       Poner 2 cucharadas soperas de aceite de oliva en una sartén grande. Añadir la cebolla picada y rehogar hasta que esté transparente.

-       Añadir parte de las espinacas e ir removiendo. A medida que vayan perdiendo volumen ir añadiendo el resto y hacer lo mismo con la rúcula, la menta y el perejil.

-       En cuanto hayan perdido el volumen, apagar el fuego y escurrir bien en un colador. Cuando se haya enfriado, terminar de eliminar el exceso de agua con las manos.

-       Poner la verdura en un bol y añadir los quesos, el limón exprimido, los huevos, la sal, pimienta y azúcar. Mezclar bien con una cuchara.

-       Preparar la pasta filo en la fuente en la que vayamos a hornear el pastel. Para ello pintar con aceite de oliva el recipiente y poner una hoja de pasta filo en el fondo, cubriendo las paredes. Pintarla con un poco de aceite de oliva y colocar una segunda hoja encima. Repetir esta operación hasta poner 7 hojas.

-       Una vez forrado el molde con la pasta filo, añadir el relleno de verdura y queso. A continuación, tapar siguiendo el mismo método anterior: poner una hoja de pasta filo, pintar con aceite de oliva y añadir la segunda, y así hasta poner las 7 hojas restantes. Terminar de pintar todo el exterior con aceite y hornear a 190ºC durante 40 minutos o hasta que el exterior adquiera un tono dorado.


Triángulos de pasta filo rellenos de espinacas y otras cosas

NOTA: la pasta filo es muy versátil y esta receta puede hacerse también en formato triángulos individuales. Es una manera divertida para que los niños se introduzcan en el mundo de las espinacas y otras verduras. En la foto, los el relleno lleva, además, champiñones y piñones. La forma de hacer los triángulos la aprendí mirando este vídeo.

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jueves, 24 de octubre de 2013

Premios Bitácoras 2013 - Get Lucky


Mirad, os voy a contar una cosa que os va a dar mucha risa. Resulta que mi amigo Juan, que lleva el blog de nutrición llamado El Nutricionista de la General, va y me dice que le encanta mi blog. Hasta ahí bien, a mí también me gusta mucho el suyo y procuro leerle a diario. Pero es que no se le ocurre otra cosa que publicarlo! Quiero decir, en su blog! Y encima le dice a la gente que lo vote en los Premios Bitácoras 2013. Y yo que no me había presentado le digo que no, que me saque de ahí que se ha equivocado. Y él va y me dice que no, que no tienes que presentarte, que con que te vote alguien ya estás en el concurso… ay madreeee!! Y entonces me mareo y me entran ganas de vomitar como a Stan, porque ahí hay gente muy buena a la que yo misma he votado, porque les admiro demasiado, porque hacen un trabajo excepcional, porque yo publico de uvas a peras, porque este blog es muy chiquitín, y claro, yo me pregunto que pa qué sufrir... En cualquier caso, me hace muy feliz el detalle de Juan y se lo agradezco enormemente con un GRACIAS! así de grande. Y ya que el chico se ha tomado la molestia, vamos al menos a darle un poco de autobombo al tema, así que si me querís votarrrme!!! Para ello sólo tenéis que pulsar el botón de abajo que pone "votar ahora". Bueno, y ya que estáis echadle un vistazo al resto de blogs que concursan y votad los que más os gusten, qué menos!


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Se me ocurre que, por eso de no quedarme de coche escoba, podría encomendarme a Santa Rita, patrona de los imposibles... Pero como una es devota pagana se va a encomendar a los santos de Daft Punk, a ver si con su Get Lucky me dan suerte y, al menos, quedo en una posición relativamente digna. Y venga, va... me desdigo públicamente y me como con patatas todo lo que dije sobre el último disco de los franceses... Reconozco que Random Access Memories me ha ganado el corazón y es un discazo! :D

Like the legend of the phoenix,
all ends with beginning... 




domingo, 20 de octubre de 2013

De vueltas con la berenjena - Hamburguesa-buñuelo de berenjena.


Mini-hamburguesa-buñuelo

Pues ya veis, publico poco pero encima es que publico sobre los mismos ingredientes. El motivo es simple: unas berenjenas que coleteaban en mi nevera me pidieron fervientemente que hiciera algo con ellas, so pena de empezar a arrugarse, adquirir unos tonos marronuzcos y echarse a perder por siempre jamás. Y yo que soy de que todos tengan las mismas oportunidades y puedan labrarse un futuro prometedor, hete aquí que me puse a buscar frenéticamente, contra reloj, una receta que les diese esa oportunidad que todos nos merecemos. Y entonces llegó (de nuevo) ese maravilloso libro llamado La Cocina de Vefa. Y es que la receta de hoy está basada en la de unos buñuelos de calabacín, que terminé transformando en estas hamburguesas jugosas, sabrosas y aptas para vegetarianos (que no para veganos, que llevan queso y huevo). Aunque tienen un par de horas de reposo, son facilonas y e ideales de la muerte para hacer en cantidad y congelar, así que no os asustéis con tanto descanso. Siempre podéis aprovechar ese tiempo para hacer las típicas cosas que siempre dan tanta pereza, como hacer limpieza de la despensa, de los cristales tras las tormentas otoñales o sacarle brillo a la cubertería de plata de la tía Enriqueta, yo qué sé…

Pues nada, vayamos al lío mientras suena lo nuevo de French Films, un grupete de power-pop con tintes surferos de Finlandia, y que digo yo que se calentarán con canciones como Juveniles porque sólo de pensar en el binomio surf+Finlandia se me ponen los pelos como escarpias. Deciros que en el mes de Noviembre pasan por nuestro país y yo espero no perdérmelos. 






Hamburguesa-buñuelo de berenjena:

Ingredientes para unas 6-8 hamburguesas:


1 kg de berenjenas
6 cucharadas soperas de aceite de oliva
2 cebollas pequeñas ralladas
80 g de harina y un poco más para rebozar
1 cucharadita de levadura en polvo (de la deshidratada)
100 g de queso parmesano rallado
40 g de pan rallado
3 huevos
4 cucharadas de perejil
Sal y pimienta

Preparación:

-    Lavar la berenjena y rallarla. Dejarla en un bol con abundante agua y una cucharadita de sal. Dejarla una hora para que suelte bien el amargor. Una vez pasado el tiempo necesario escurrirla bien, apretando entre las manos para eliminar el exceso de agua.
-      Rallar también la cebolla y en una sartén con dos cucharadas de aceite de oliva, rehogarla hasta que quede tierna y transparente.
-       En un bol, añadir la berenjena rallada, la cebolla rehogada, los huevos batidos, el pan y el queso rallados, la harina con la levadura tamizadas, el perejil, la sal y la pimienta. Mezclar bien con las manos y dejar una hora reposando en el frigorífico.
-   Transcurrido el tiempo de reposo, hacer bolas del tamaño de una pelota de ping-pong y aplastarlas para que adquieran la forma de hamburguesa. Aquí ya dependerá del gusto del consumidor: más gruesas, más finas, más grandes, más chiquitas.
-      Calentar 4 cucharadas de aceite de oliva en la sartén y cocinar las hamburguesas pasadas previamente por harina. Cuando estén doradas y ligeramente crujientes por cada lado, sacarlas y ponerlas en un plato con un poco de papel de cocina para eliminar el exceso de aceite.
-      Preparar las hamburguesas en unos panecillos para ídem. Yo a éstas les puse mayonesa, rodaja de tomate, lechugas varias, pepinillo y una puntita de mostaza antigua. Acompañar de unas patatas gajo fritas aderezadas con sal y pimienta negra. Enjoy!

Nota: también puedes freír en abundante aceite la masa en forma de pequeña bola para hacer los buñuelos.