Por
fin encuentro un momento para enseñaros esta recetaca con higos e
ibérico, que está que quita el sentío. Todo esto viene por las
cosas que tiene el ser humano. Se trata de que somos el último
escalón evolutivo, el iPad de la naturaleza, pero también tenemos
nuestros fallos, tanto en el software como en el hardware. En los
últimos tiempos me he visto envuelta en algunos fallos de software
ajenos que, sin tener que nada ver conmigo, terminaron contagiándome
cual virus malicioso y me han obligado a formatear mi sistema
operativo. Menos mal que soy de formateo fácil, y no de aquellas que
entran en bucles de reinicios que no terminan nunca y no solucionan
el problema. Con todo esto simplemente quiero decir que he andado más
liada que una persiana.
Pero
no sólo ha sido eso. Tras una revisión de mi hardware, he
descubierto un pequeño defecto de serie que va a forzarme a realizar
algunas pequeñas modificaciones en mis hábitos. Así pues, tendré
que mantenerme alejada de correr, subir escaleras y, supuestamente,
también del sobrepeso. Nada serio, amiguitos, una simple
condromalacia rotuliana, que no es más que tener unas rodillas que
hacen más ruido que una botella de Anís del Mono en Navidad, y que
van a tener que verse reforzadas por una serie de ejercicios bien
dispuestos por un profesional de mi gimnasio, y una dieta por otra
idem aquí presente. Afortunadamente, no se trata de perder peso,
sino de no ganar más, no sea cosa que termine con las rodillas de
Robocop.
Es
por ello que me he animado a preparar más platos ricos, pero también
ligeros que me ayuden a alegrar el resto de mis días culinarios. Y he aquí esta ensalada, con higos e ibérico, que llena de júbilo y alborozo al más triste plato de pechuga a la plancha.
Y como de alegrías se trata esto, os dejo con esta canción de un grupo al que le he dado una segunda oportunidad y me han sorprendido gratamente. Se trata de Dulce Pájara de Juventud, un grupo con un nombre de lo más cursi (investigando me he enterado que hacen referencia a una obra de Tennessee Williams) que hacen un rock indie con tintes épicos y psicodélicos, y que según los entendidos recuerdan a Arcade Fire, The Flaming Lips, Yo la Tengo o Spiritualized. Hombre, las comparaciones siempre han sido odiosas, pero hay que decir que prometen y enganchan, así que les daremos la oportunidad en el Primavera Club. Os dejo con Feel, el tema con el que abren el álbum homónimo y con un final de esos que se acercan al apoteosis.
Y como de alegrías se trata esto, os dejo con esta canción de un grupo al que le he dado una segunda oportunidad y me han sorprendido gratamente. Se trata de Dulce Pájara de Juventud, un grupo con un nombre de lo más cursi (investigando me he enterado que hacen referencia a una obra de Tennessee Williams) que hacen un rock indie con tintes épicos y psicodélicos, y que según los entendidos recuerdan a Arcade Fire, The Flaming Lips, Yo la Tengo o Spiritualized. Hombre, las comparaciones siempre han sido odiosas, pero hay que decir que prometen y enganchan, así que les daremos la oportunidad en el Primavera Club. Os dejo con Feel, el tema con el que abren el álbum homónimo y con un final de esos que se acercan al apoteosis.
Ensalada
de higos e ibérico
- Media escarola.
- 8 higos.
- 120 g de jamón (ibérico si puede ser, por favor)
- 100 g de queso feta.
- 1 cucharadita de cúrcuma.
- 40 ml de aceite de oliva virgen extra.
- Sal en escamas.
Preparación:
- Lavar bien la escarola y los higos.
- Cortar la escarola y dejarla escurrir.
- Cortar los higos en cuatro cuartos, sin llegar a separarlos del todo.
- Cortar el queso feta en pequeños tacos.
- Para montar el plato, poner una base de escarola en el plato, hacer ocho nidos con el jamón ibérico* y poner dos en cada plato, poner encima los higos y repartir el queso.
- En un pequeño bol, mezclar el aceite de oliva con la cúrcuma. Aliñar y añadir unas escamas de sal.
- Que aproveche!
*Si tienes que vigilar el peso, no te queda otra que quitarle la grasa blanca que tanto le gusta a algunos.