domingo, 24 de marzo de 2013

Semana Santa 2013 (Robiols de requesón)

Robiols

Ya sabemos que un blog de cocina no es tal si no organiza concursos ni publica recetas acordes con la época del año en la que nos encontramos. Y aunque la Semana Santa está ya a la vuelta de la esquina y llego un poco tarde, aquí estoy con la receta de los robiols para que los valientes cocinitas se animen estos días de vacaciones a meterse entre fogones y preparar estas delicias isleñas.

Estas pastas dulces son tan antiguas como el rey Fernando II el Católico*, a quien parece ser que no le debían desagradar puesto que en el “Libre del Coch”, de su cocinero Robert de Nola, ya aparecía una receta de “robiols a la catalana”. Estas preparaciones en forma de media luna son habituales en toda la cuenca Mediterránea, desde Occitania a Turquía, pasando por Italia y Croacia, y pueden ser dulces o saladas. De hecho, hace poco pude disfrutar de unos panzerotti caseros rellenos de tomate y mozzarella hechos por una auténtica mamma italiana. Más delicias en forma de media luna, como puede observarse en la foto de abajo.


Panzerotti de tomate y mozzarella

Aunque los robiols pueden encontrarse todo el año en las panaderías, es típico prepararlos para la Semana Santa al igual que las empanadas. De hecho, lo habitual es preparar el mismo día las empanadas y los robiols, aunque claro, te pasas el día en la cocina dale que te pego a la masa y al horno con el riesgo de que la siguiente factura de luz te de una sorpresa. Pero la inversión de tiempo y energía merece la pena. Deliciosas piezas rellenas de requesón, cabello de ángel, flan, mermelada o crema de cacao para disfrutar de esas tardes que ya se alargan o de desayunos tardíos tras interminables tertulias nocturnas.

Éstos que os traigo pertenecen a la receta de la madre de mi amiga Bea, y los preparé el fin de semana para una calçotada de esas en las que se lleva tanta comida como si se fuera a terminar el mundo. Y con el dulce no iba a ser menos, claro: 37 robiols como 37 medias lunas, hermosos y sonrientes para hacer las delicias con el café post-festín. 

Como acompañamiento musical podemos escuchar canciones dulzonas y pegadizas, o esta Home Sweet Home de Those Dancing Days, un grupo de suecas que haría volver del más allá al mismísimo José Luis López Vázquez. Disfrutad de la música, de los robiols y de los días de descanso!



*Fuente: La Cuina de Mallorca, Receptes de la cuina tradicional mediterrània. Jaume Fàbrega, 2006.

Ingredientes (salen unos 30-35 rubiols, según el tamaño)

  • Al rico robiol
    1 kg de harina de repostería.
  • 270 g de azúcar
  • 270 g de manteca de cerdo
  • 1 taza de café de aceite (unos 80 g)
  • 1 taza de café de zumo de naranja natural.
  • 1 taza de café de anís
  • 4 yemas de huevo
Para el relleno:
  • 300 g de requesón
  • La ralladura de un limón
  • 3 cucharadas soperas de azúcar
  • Mermelada del sabor que guste más, crema de cacao, flan, cabello de ángel...

Preparación:

  • En un bol poner todos los ingredientes líquidos: el aceite de oliva, el zumo de naranja, el anís y 4 yemas de huevo. Posteriormente añadir el azúcar, la manteca y la harina que pida la mezcla (estará alrededor del kilo).
  • Cuando la masa empiece a tomar consistencia y deje de pegarse en las manos, sacarla del bol y trabajarla en una superficie lisa, bien limpia y enharinada. Amasarla añadiendo un poco de harina hasta que deje de pegarse en las manos.
  • Tomar bolas del tamaño de una pelota de golf y aplastarla con la mano contra la superficie de trabajo, de forma que quede una forma redonda a la que se le añadirá una cucharada del relleno elegido.
  • Cerrar la masa formando una especie de empanadilla, sellando bien los extremos para que no se salga el relleno.
  • A medida que se vayan teniendo los rubiols hechos, ponerlos en una bandeja de horno con papel parafinado. Dejar suficiente espacio entre ellos ya que crecen un poco.
  • Hornear a 180ºC unos 20 minutos aproximadamente.

Para el relleno de requesón:

  • En un bol, mezclar el requesón, dos yemas de huevo, 3 cucharadas de azúcar y la ralladura de un limón. 

Robiol de brossat


sábado, 9 de marzo de 2013

#operaciónlorza - Coca de verduras y caballa con ensalada de espinacas y fresas

Coca de tomate y caballa con su ensalada correspondiente
Ingredientes:

Sobras de masa de coca de trampó
1 tomate de pera mediano
1 filete de caballa a la plancha (era sobra de la comida)
Un manojo de espinacas
3-4 fresas 
1 cucharadita de postre de pipas peladas de girasol
2 cucharadas soperas de zceite de oliva virgen extra
Sal


Preparación:

Sacar la masa de la nevera (lo suyo es conservarla ahí en un pequeño bol tapada con film transparente) para que se atempere durante una media hora. 
Mientras tanto, lavar el tomate y cortarlo a trozos. Reservar en un bol aliñándolo con aceite y sal.
Lavar también las espinacas y las fresas y dejar escurrir. 
Si el filete de caballa está crudo, pasarlo por la sartén vuelta y vuelta, para cerrar la carne y que no se salgan los jugos.
Cuando la masa esté atemperada, y con el horno precalentado a 180ºC, calor arriba y abajo, amasarla y estirar con un rodillo hasta que quede con un centímetro de grosor. Evidentemente, esto dependerá de la cantidad de masa que sobre.
Poner encima de la masa el tomate cortado (bien escurrido) y el filete de caballa. Meter al horno y cocer durante unos 15 minutos o hasta que esté hecha. 
Montar el plato final con las espinacas y las fresas cortadas a trozos, aliñándolas con aceite de oliva y una puntita de sal. 

viernes, 8 de marzo de 2013

Comer o no Comer, Falsedades y Mitos de la Alimentación – Libros y sorteos a go-gó


Esa es la cuestión. Los mitos alimentarios se suceden día sí y día también, en la cola de la pescadería, en el ascensor, en la revista semanal de turno o en la cena del sábado con los amiguetes. La cuestión es que el mundo de la Alimentación está plagado de singulares creencias que condicionan muchas veces nuestra forma de comer.

El día en que cayó en mis manos
La idea de hacer este libro surgió hace años cuando Ana y servidora recorríamos la geografía española dando charlas sobre alimentación, nutrición y salud cardiovascular. Hace tiempo que he perdido la cuenta del número de charlas, pero si algún denominador común tenían todas ellas, mas allá de la temática, eran la preguntas que recibíamos al terminarlas. Que si los huevos suben el colesterol, que si el pan engorda muchísimo, o que la fruta fermenta en el estómago. Afirmaciones estrambóticas, sin pies ni cabeza, que dichas por personas que se las creen a pies juntillas parecen verídicas, sobre todo si van con la coletilla de “me-lo-ha-dicho-el-médico”. Pero no sólo nuestros amables oyentes tenían dudas existenciales sobre lo que comer o no comer. Hace años, cuando casi no se oía hablar de dietistas-nutricionistas, había que ser muy intrépida para decir cuál era tu profesión. En ese momento, ya sabías la dirección que iba a tomar la conversación. Más o menos iba así:

  • ¿A qué te dedicas?
  • Soy dietista.
  • ¿Cómo?
  • Dietista, que soy dietista.
  • ¿Dentista?
  • No, dietista! D-I-E-T-I-S-T-A
  • Ah, que pones dietas!! Entonce comer contigo debe ser un coñazo, no?

Y acto seguido se te quedaba una cara más o menos tal que así:


ein?!!

Acabo de darme cuenta de que uno de los mitos que nos hemos dejado es precisamente éste: los dietistas ponen dietas aburridas y te lo prohíben todo. Ya hablaré de esto otro día, que tiene tela el asunto. Como decía, tras la cara de "ein?!!" comenzaba el bombardeo masivo: la persona en cuestión iniciaba un repaso de lo que comía, de lo que dejaba de comer, te pedía opinión porque se estaba planteando “depurar y desintoxicar” su cuerpo, te preguntaba preocupado, como si de la prima de riesgo se tratase, que qué pasaba si mezclaba los hidratos de carbono con las proteínas o las churras con las merinas. Y eso cuando no les daba por sentar cátedra con esas “grandes verdades” escuchadas en cualquier patio de vecinas.

Y es que claro, todos comemos. Cada día. Al menos 3 veces. Alimentarse es un acto consciente que depende de nosotros mismos, de nuestro estado de salud, del entorno en el que crecemos y nos desarrollamos como individuos, de nuestro poder adquisitivo y la disponibilidad de alimentos, de las influencias de otros, de nuestra educación, cultura y religión (los que la tienen - la religión, quiero decir -). Existen tantas formas de alimentarse como personas existen en el mundo: 6000 millones. Pero sólo una de nutrirse. Toda esta variabilidad crea un caldo de cultivo para la aparición de mitos alimentarios que, volviendo al tema que nos ocupa, inspira y da forma a este libro. Si a eso le añadimos interpretaciones erróneas o sesgadas sobre los resultados de algunos estudios científicos, tenemos una larga lista de mitos sobre alimentos, ingredientes, nutrientes, dietas, formas de alimentarse y un sin fin de fábulas que ya querría el mismísimo Esopo.

Así que visto el panorama nos pusimos manos a la obra. Una obra que se nos quedó atascada por falta de tiempo para escribir. Y ahí es dónde entran los amigos a echarte un cable, por eso hablamos con Toni Ortí para que nos ayudara a cocinar esta idea. Hay que reconocer la gran labor de periodística y documental que ha realizado Toni y quiero agradecerle de corazón todo lo que he aprendido trabajando en este proyecto. De hecho me siento realmente afortunada por formar parte de esta andanza con dos profesionales como la copa de un pino. Coordinar y editar este libro ha sido una gran aventura que repetiría sin dudar, así que sólo puedo darles las gracias a Ana, por ser la iniciadora de todo esto, por la confianza puesta en mí desde el primer día, por su amistad y cariño incondicional, y a Toni por haber formado parte de la consecución de este sueño.

Si con el libro conseguimos, al menos, que os atreváis con una pieza de fruta después de comer sin temor a convertiros en un fermentador móvil, ya me daré por satisfecha. No hay que olvidar que las ciencias de la Nutrición y Alimentación están en constante evolución, y lo que hoy es válido mañana puede no serlo, y viceversa. Eso es lo que más me gusta de este mundo, bueno, eso y que la pasión que siento por el arte del buen comer pueda condicionar tanto el funcionamiento del cuerpo humano. Ya lo dijo Hipócrates: que el alimento sea tu medicina, y tu medicina tu alimento.

Y no quiero terminar sin mencionar que todo lo recaudado con el libro será donado a Cáritas España, con el objetivo de que puedan seguir dando de comer a tantas personas que hoy se ven privadas del sustento básico. Por eso no pienso regalar un solo libro a nadie, que la causa lo merece. Bueno, sí, los que me ha enviado Planeta se los regalaré a mis padres y mis hermanos, y uno de ellos os lo regalaré a uno de vosotros, amables lectores, porque quiero daros las gracias por estar siempre ahí, por vuestras visitas, lecturas, comentarios, apoyo y yo qué sé qué más. Para ello realizaré un sorteo utilizando random.org, como ya hice otra vez, y la mecánica será la siguiente:

  • Deja un comentario en el blog con un mito alimentario al que te gustaría destripar, junto con tu correo electrónico. Así ayudarás a darle continuidad a este proyecto en http://comeronocomer.es/
  • A cada comentario con mito y correo electrónico, se le asignará un número por riguroso orden de publicación, comenzando por el 1, siguiendo por el 2, y así sucesivamente como marcan los cánones de los Números Naturales. Ojo! Que sean números “naturales” no significan que sean saludables, que ya os veo venir!
  • El próximo 17 de Marzo a las 23:59 terminará el plazo para participar en el sorteo. Toda publicación posterior quedará fuera del concurso.
  • Utilizaré de nuevo random.org y el ganador será publicado aquí. Me pondré en contacto con él/ella a través del correo electrónico que deje para acordar la forma de entrega del libro.
  • Suerte a todos! 
...y gracias por participar!

EDITO 18 de Marzo 

Y la ganadora ha sido Eli!! Muchas felicidades! Me pondré en contacto contigo a través del mail para hacerte llegar el libro. Espero que te guste! ;)

Muchas gracias a todos los que habéis participado y por vuestros comentarios! Os iré contestando a lo largo de la semana, que estos últimos días he estado demasiado liada como para pasarme por aquí! Besets!